Después de muchos años de súplica por parte de los organizadores de la gala de los Oscars, parece que por fin han tenido éxito, y volveremos a disfrutar de la presencia en el escenario como presentador del único e inigualable Billy Crystal. Loado sea el Señor, que parece haber escuchado nuestras súplicas (viendo que cada año se hacía más inaguantable zamparse tres horas o más de este espectáculo cada vez más insulso y con menos gracia conforme pasaban las ediciones), han tenido a bien recuperar (o más bien Crystal, viendo el rumbo que estaba tomando el asunto decidió regresar) al que sin dudas es el maestro de ceremonias por excelencia en los denominados Academy Awards, que este año celebran su 84ª edición.
Tras el abandono repentino de Eddie Murphy (gracias por el favor), los organizadores, viendo que la formula de intentar atraer gente nueva (o joven, como ustedes prefieran) les salió rana (cosa de la que son ellos los culpables, todo hay que decirlo) debido a la elección de unos presentadores para mí inadecuados e inexpertos, hizo que la edición del año pasado no terminase de cuajar del todo entre los espectadores, y que se replanteasen la fórmula de “más vale lo viejo conocido que lo nuevo por conocer”.
Y es que la ceremonia de los Oscars van perdiendo espectadores año tras año, y eso, los yankis, no lo pueden permitir. Son sus premios, su espectáculo personal, su escaparate al mundo exterior para decir: ¡Eh, somos los mejores en todo, y aunque solo nos dediquemos a hacer “remakes” de lo que pillamos (hay excepciones, también hacen alguna peli buena y original) seguimos siendo los mejores, porque nosotros lo valemos!
No digo que los presentadores de los últimos años fuesen malos (que algunos si lo son), pero ver a James Franco en plan paso de todo, sin gracia ninguna, con el móvil en la mano todo el rato y con cara de “esto no va conmigo”, pues la verdad, solo tienen que ver cuando salió vestido de mujer. Mi perro durmiendo tiene más salero y queda más cómico que la susodicha escena, donde no puso emoción alguna.
Anne Hathaway fue la cara opuesta, divertida, fresca e intentando hacer su trabajo, el de divertir y que la gente pasase un buen rato (aunque parecía en algunos momentos que se había bebido una docena de Red Bull).
De las últimas galas tan solo salvo a Hugh Jackman, que me sorprendió gratamente, tanto en su frescura como en los maravillosos números musicales, realizados espléndidamente (se nota que este hombre fue bailarín).
Tras el abandono repentino de Eddie Murphy (gracias por el favor), los organizadores, viendo que la formula de intentar atraer gente nueva (o joven, como ustedes prefieran) les salió rana (cosa de la que son ellos los culpables, todo hay que decirlo) debido a la elección de unos presentadores para mí inadecuados e inexpertos, hizo que la edición del año pasado no terminase de cuajar del todo entre los espectadores, y que se replanteasen la fórmula de “más vale lo viejo conocido que lo nuevo por conocer”.
Y es que la ceremonia de los Oscars van perdiendo espectadores año tras año, y eso, los yankis, no lo pueden permitir. Son sus premios, su espectáculo personal, su escaparate al mundo exterior para decir: ¡Eh, somos los mejores en todo, y aunque solo nos dediquemos a hacer “remakes” de lo que pillamos (hay excepciones, también hacen alguna peli buena y original) seguimos siendo los mejores, porque nosotros lo valemos!
No digo que los presentadores de los últimos años fuesen malos (que algunos si lo son), pero ver a James Franco en plan paso de todo, sin gracia ninguna, con el móvil en la mano todo el rato y con cara de “esto no va conmigo”, pues la verdad, solo tienen que ver cuando salió vestido de mujer. Mi perro durmiendo tiene más salero y queda más cómico que la susodicha escena, donde no puso emoción alguna.
Anne Hathaway fue la cara opuesta, divertida, fresca e intentando hacer su trabajo, el de divertir y que la gente pasase un buen rato (aunque parecía en algunos momentos que se había bebido una docena de Red Bull).
De las últimas galas tan solo salvo a Hugh Jackman, que me sorprendió gratamente, tanto en su frescura como en los maravillosos números musicales, realizados espléndidamente (se nota que este hombre fue bailarín).
Ojo, recalco que me estoy refiriendo a los últimos años, no me salga nadie diciendo que Bob Hope (presentador creo que en nueve ocasiones) o el pato Donald (también presentador en 1958) lo hicieron mejor, jejejejjee.
Joel, como me he enrollado para decir que Billy Cristal presenta los Oscars.
Bueno, a lo que iba. Los americanos, ante la llegada de lo que puede ser un resurgir en sus “aclamados premios”, han tenido a bien realizar un anuncio, o spot publicitario, donde Josh Duhamel (Las Vegas, Transformers...) y Megan Fox (Transformers, Jonah Hex, Jennifer´s Body...) son los encargados de viajar por todo el mundo para encontrar a Billy Crystal. También hacen pequeños cameos Robin Williams, Willian Fichtner o Vinnie Jones, entre otros. En realidad es un trailer, y me imagino que al principio de la gala lo podremos ver completo.
Aquí un servidor no se perderá esta edición, y como adelanto les dejo con el susodicho anuncio.
¡BIENVENIDO MISTER CRYSTAL¡
4 comentarios:
No me pierdo ninguna edición y esta no puede ser la excepción. Espero que poder verla en directo.
Billy Crystal es muy grande el jodío, y como maestro de ceremonias me gusta mucho. La Goldberg tampoco me digustaría si fuera la presentadora.
Que mientras no me pongan a sosotes del tipo Nicolas Cage o Austin Kutcher vamos bien jajajaja
Saludos
Uff, los Oscar, que coñazo... Al contrario que el bueno de Ali, no se me ha ocurrido nunca ver una ceremonia de esas. Pero estoy de acuerdo en que Crystal es un gran showman.
Saludos
-Alimaña, para mí Billy siempre será el mejor, aunque la Goldberg tampoco lo hacía mal-
-Quimérico, ahor son un pelín más dinámicas, desde que decidieron acortar mucho la ceremonia, y este año, con eso de la crisis no creo se enrrollen mucho.
Un saludo y gracias por sus comentarios.
Bueno, reconozco que lo de Crystal a falta de otra opción ha sido una buena idea aunque no creo que consideraran encargarle el trabajito a Ricky Gervais, je, je. La que se iba a liar. Hay un momento de los Óscars que no me gusta nada, cuando dedican un momento a recordar a los actores fallecidos recientemente se ponen a enfocar a los invitados más ancianos (Kirk Douglas, Eli Wallach...) parece que digan "Igual en la próxima gala os toca a vosotros". Saludos. Borgo.
Publicar un comentario