COWBOYS&VAMPIRES (DEAD WEST, 2010)

Pues si ya teníamos Cowboys&Zombies (2010) ahora le toca el turno a Cowboys&Vampiros (2010), otra película que intentó aprovecharse de la superproducción que se avecinaba, Cowboys&Aliens (2011). Aunque ni la de los zombies ni la de los vampiros poseían tal título, estos fueron rápidamente cambiados fuera de sus fronteras, viendo las posibilidades de la cinta de Jon Favreau.

Así las cosas, The Dead and the Damned pasó a llamarse Cowboys&Zombies y Dead West a la mencionada Cowboys&Vampiros.

Douglas S. Myers, guionista y director del film que nos ocupa, intentará hacernos tragar semejante historia, que si bien en un principio la cosa podría haber dado más de sí, a la media hora uno pierde todo interés por ver en que acaba todo, con un ritmo lento, un guión más lento aún y unos actores que dejan bastante que desear. Gran parte de la culpa se debe a su escasísimo presupuesto, pues estamos hablando de un telefilme, y eso se nota en el abuso de los primeros planos de los actores (algo normal en este tipo de producciones) y en el pobre maquillaje de los vampiros “mutados”, que no los normales que todos conocemos, unas lentillas y los dientes, esos cumplen.

Se pueden salvar sus dos protagonistas principales, que no lo hacen mal del todo. En el papel del chico bueno tenemos a Jasen Wade (Johnny Dust), que aunque no lo parezca es español, nacido en Torrejón de Ardoz (Madrid). El papel de la chica es interpretado por la guapísima Angélica Celaya (Gloria Valenzuela), que se dio a conocer sobre todo en telenovelas. Y es gracias a esta actriz que la película se hace más llevadera, que no mejor.

 
Por delante nos esperan 98 minutillos llenos de aventuras (o eso me esperaba yo).

Como buena película del oeste que se precie, comenzamos con los típicos paisajes bajo un bonito atardecer rojo. La acción nos sitúa en Tucson, Arizona, donde vemos que unos forajidos han cogido prisionera a la mujer del sheriff (Gloria). El ayudante se encuentra solo para hacer frente a la amenaza. Pretenden que suelten al hijo del jefe, que está en la cárcel. En ese momento aparece el sheriff (Johnny) por el tejado de un edificio y se lían a tiros.

Resultado: todos los malos muertos.

De repente vemos a un montón de gente aplaudir y, es entonces cuando nos damos cuenta de que estamos ante una representación para los visitantes de un parque de atracciones dedicada al viejo oeste, donde también se graban anuncios y películas. La película va intercambiando el parque con una emisora de radio, donde entrevistan a Johnny Dust por su nueva película ( al final del film nos revelarán a que viene lo de la radio).

Tanto Johnny Dust como el resto de los integrantes del espectáculo quieren salir de ese mundillo, pues está en decadencia, cada día hay menos visitantes y menos ganancias, y por si fuera poco, el parque ha sido vendido a una nueva empresa.

Una mañana los reúnen a todos y el nuevo jefe les explica los planes. Hay que realizar grandes cambios para atraer a un público más joven, entre los cambios se incluyen una montaña rusa y un espectáculo para la noche de Halloween, suspendiendo las actuaciones y los musicales. Las casas del pueblo serán redecoradas y se enfrentarán a forajidos poseídos. También pretenden abrir una antigua mina (que no llegó a funcionar pues en su interior se encontraron antiguos artefactos indios) y aprovechar su recorrido, para hacerlo una especie de cueva del terror.

Durante las nuevas obras encuentran una urna cerrada y, como es normal la abren (no se pueden quedar quietecitos, jejejeje). De su interior sale algo que los posee (a los obreros y al encargado) y los convierte en una especie de vampiros. A la chica (Gloria) también, que se encontraba en el interior cueva, ya que había quedado con el encargado de la empresa para “hablar” de un papel protagonista en el espectáculo.

 
Estos vampiros, que no son tontos, esperarán en el interior de la mina, aguardando la noche de Halloween para hacer una carnicería (al tiempo que aumentan su número).

Media hora más tarde por fin aparecen los vampiros, en el último tramo de la película. Pero... madre mía, aguantar tanto para esto. Menudos vampiros. El maquillaje... ustedes pueden verlo, no les llegaba el presupuesto para cubrir las manos. ¿Y las máscaras? En fin, tampoco se tenían que esmerar, hazlos como los otros, lentillas, colorete y dos colmillos, y ya está, hubiesen quedado mil veces mejor.

Y poco más que contar. Los vampiros pillarán a los pobres que se encuentran en la cueva e irán dando cuenta de ellos, da igual que sean niños, adolescentes o mayores, aquí no se salva nadie, todos al saco.

Recuerden que al final se nos desvela lo de la emisora de radio.