domingo, 8 de agosto de 2010

KARLOFF EN EL CASTILLO DEL CUERVO (2ª PARTE)


Avancé a través de toda aquella electrizante actividad hacia donde estaba Karloff. Le hablé de la entrevista para mi publicación y él dijo que no tenía inconveniente. Por lo tanto, cogí una silla de estudio, me senté y empezamos a charlar.


Otras películas vieron a Karloff como un insidioso hechicero oriental de terrible malignidad en La máscara de Fu Manchú, un ladrón de tumbas en The body Snatcher (también con Bela Lugosi), un zombie en The Walking Dead y, entre otros papeles aterrorizantes, el del infame monstruo del doctor Frankenstein.


En el mismo orden, La Máscara de Fu Manchú, The Body Snatcher y The Walking Dead.

-A mí me parece increíble que la gente recuerde esos viejos filmes –dijo Karloff, chupando la pipa entre reflexivo y pensativo-. Sé que las películas de Frankenstein son programadas constantemente en la televisión, pero aun así yo creo que con la cantidad de nuevas películas de terror que se han producido, algunas de ellas en color, la gente debería haberse olvidado de aquellas tan antiguas.

-Muchas de esas películas son clásicas ahora –dije yo-. Especialmente las primeras que hizo usted de Frankenstein. Nadie hasta ahora ha conseguido superarlas.
-A mucha gente le gustó más La Novia de Frankenstein que la primera –dijo Karloff-, pero yo siempre he preferido aquella. Allí, el monstruo no hablaba, ¿recuerda? Pero cuando realizamos la Novia me hicieron hablar. Yo dije que un monstruo no debería hablar, porque si hablaba parecería demasiado humano. Pero el director acabó saliéndose con la suya.
-El monstruo de Frankenstein decía cosas en la novela de Mary Shelly –puntualicé yo-. En realidad, en la novela el monstruo era más humano que el propio Frankenstein. Y los capítulos en los que el monstruo relata su historia son los mejores de todo el libro.
-Bueno, el libro es, ciertamente, un clásico de la literatura –dijo Karloff-. Pero cuando realizábamos las películas yo consideré, y todavía sigo considerando, que hubiera sido mejor que el monstruo no hablase en absoluto. Me alegré cuando hice la tercera El Hijo de Frankenstein, que fue la última mía, de que volviésemos a la idea original de la película y no hubiese diálogo para el monstruo.

Desde luego, yo pienso que es una lástima lo que hicieron con el personaje en los filmes posteriores y el modo cómo se burlaron de él en esa película de Abbott y Costello.
Al decir esto, hizo una mueca de desaprobación.
Leí el guión –dijo Karloff refiriéndose a la película de Abbott y Costello-, y vi cómo se proponían ridiculizar al monstruo. A mí me tenía sin cuidado que se burlasen de él, pero no quise participar en la farsa. El monstruo había sido muy bueno para mí en mi carrera de actor, y yo no quise traicionar a un viejo amigo.
Karloff se refería a Abbott y Costello encuentran a Frankenstein (1948), el último de los ocho filmes sobre Frankenstein producidos por la Universal en los años treinta y cuarenta. En aquella película final, que fue vehemente denunciada por los devotos del terror sólo al tener mención de su título, el famoso monstruo de Frankenstein era utilizado como una especie de payaso. Al rechazar el papel, los estudios eligieron a Glenn Strange, que ya había protagonizado al monstruo en dos films anteriores, La casa de Frankenstein (1944), y La Casa de Drácula (1945), una extravagancia de terror en la que aparecían el Conde Drácula, el Hombre Lobo, el Científico Loco y el Jorobado. Karloff había realizado el papel de doctor Gustav Neumann, el científico loco.



Comentó después que en los guiones posteriores, la Universal describió cada vez más al monstruo como un ser salvaje, sin cerebro, que película tras película parecía vivir solo con el único propósito de sembrar la muerte y destrucción o buscar continuas venganzas. Este concepto, que había debilitado considerablemente la serie, era diametralmente opuesto al del monstruo que Karloff había protagonizado en los tres primeros títulos, en los que el personaje era descrito como la lamentable creación de un científico joven y obstinado; un ser que después buscaba desesperadamente encontrar el camino a través de un mundo que le temía y despreciaba a la vez, y que sólo buscaba destruirle, pese a que el monstruo lo único que quería era comprensión, compasión y amistad.

Carteles de las películas mencionadas en esta segunda parte de la entrevista.








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5 comentarios:

Alimaña dijo...

Que razón tiene cuando comenta que las películas de Frankenstein que él hizo aún no han sido superadas... creo que la única que se le acerca a su magnificiencia fue precisamente su parodia, la de Mel Brooks.
Un saludo Gárgola

Marcos Callau dijo...

Único Karloff

Gárgola dijo...

-Alimaña, la verdad es que no han sido superadas ni creo que lo sean. Jamás tendran el encanto de las de Karloff. De acuerdo con con Mel Brooks y su jovencito Frankenstein.
-Marcos, como bien dices Karloff era único, y tanto le gustaba su trabajo que hasta sus últimos dias estuvo trabajando, como él decia, para sus fans.

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

Era magnífico Karloff, insuperable. Está siendo muy buena esta entrevista Gárgola, no la conocía. Esperaré con ganas la tercera parte :)

Y por cierto, los carteles también son todo un acierto, me gusta especialmente "The Walking Dead".

Gárgola dijo...

-Amigo Cendrero, magnifico y único, como decía Marcos, es la definición para este gran actor y persona.Me alegro que te guste la entrevista, una lástima que solo quede una parte. Un saludo.