P: ¿Hubo algún conflicto con los reglamentos y disposiciones durante la filmación de El Rondador Nocturno?
R: Hubo toda clase de pequeños roces. Por ejemplo, en el libro yo digo que el vampiro deja dos marcas muy claras en los cuellos de sus víctimas, sin sangre, sólo unos puntitos limpios y cuidados. Pero cuando Dan Curtis se hizo cargo de la filmación quiso que las victimas fuesen maquilladas con marcas más sangrientas en el cuello –pero la dirección de la televisión se opuso a ello, porque el reglamento de la Asociación Nacional de Radio y Televisión, en su sección de TV, artículo 25, establece que no se pueden presentar situaciones de brutalidad, de agonía ni de sufrimiento de una víctima, ni con fotografía ni con sonido. Por lo tanto, todas esas escenas tuvieron que ser cortadas.
Pero voy a dar otro ejemplo de cómo dicho reglamento entró en conflicto. Hay una escena, tomada directamente del libro, en la que el vampiro, entre otras heridas, recibe una cuchillada en la frente. Se discutió si esta escena debería de ser cortada, y yo puntualicé que, debido al reglamento, era “una presentación detallada de agonía”. Pero la cara del vampiro no expresaba sufrimiento. Se levantaba después de haber sido apaleado por tres hombres, era acribillado por más de treinta disparos mientras corría hacia una cerca, que saltaba, y seguía corriendo como si no le hubiese pasado nada. Ahora bien, si esto es agonía, que me den a mí muchas así, porque me encontraré mejor que como estoy ahora.
Pero cuando llegó la escena de clavarle la estaca se tuvieron que suprimir dos planos de la cara del vampiro expresando terrible furor. Y en cuanto a lo de clavarle la estaca propiamente dicha se permitió sólo ver al hombre levantando un pesado martillo en una escena rápida, pero el martillo no llegó nunca a golpear la estaca.
P: Sin embargo, en las películas fuera de la televisión se ha hecho mucha exhibición de sangre en los últimos años.
R: Verá, cada vez se hace más difícil asustar a la gente. Se hacen inmunes a estas cosas. Pero la televisión se ha de someter al reglamento, aunque algunos detalles parezcan ridículos. Por ejemplo, se ve en la TV cómo a un personaje le pegan un tiró en el pecho con un revólver del calibre 45 desde una distancia de seis metros. El herido se balancea hacia adelante y antes de caer pronuncia algunas palabras. Si se dispara con una bala del calibre 45 a esa distancia, a menos que el hombre pese 250 libras, caerá hacia atrás y le quedará en el pecho un agujero del tamaño de un puño. Pero naturalmente, esto no es agradable a la vista.
P: ¿La TV respeta las convenciones familiares?
R: Si. ¿Cuál es la convención que han seguido siempre las películas de monstruos? Aquí se presenta a una ciudad en peligro, y la población se levanta en masa contra el monstruo, y acepta la idea de acabar con él.
P: ¿Cómo en el caso de los aldeanos de Frankenstein con las antorchas?
R: En efecto, con los aldeanos con las antorchas subiendo por la montaña. Aunque en Las Vegas las reacciones de la gente son diferentes. Se les dice: “Un vampiro anda suelto”, y contestan: “¿Ah, sí? ¡Muchacho, que te encierren en un manicomio!”
P: Entre El rondador Nocturno y otras películas de vampiros, como la reciente del Conde Yorga, hay también algunas diferencias. Tiene lugar en escenarios contemporáneos.
R: Yo no he visto el Conde Yorga. Creo, sin embargo, que la acción de ese film ha estado siempre alejada de todo. Mi historia tiene lugar en el centro de una ciudad, en el curso de 24 horas, y cuando se circula por la ciudad en plena noche la iluminación de la misma es tan brillante como en pleno día. Esta es la idea que yo quise crear. Que en Las Vegas no hay “mucha noche”.
2 comentarios:
Interesante, Gárgola, siempre me ha gustado saber como los creadores han de vérselas con la censura desde que los dibujantes de Bruguera me explicaban casos demenciales. O como el "Drácula" de Browning,muy alterado por los censores. Saludos. Borgo.
Buenas Miquel. La verdad es que hay veces en que resulta igual de fascinante tanto la película como el proceso de rodaje. Y este es uno de esos casos.
Un saludo y gracias por comentar.
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